The Last Oricru es la ópera prima del estudio checo GoldKnights. Se trata de un juego que mezcla varios géneros, aunque su principal inspiración son los RPG occidentales, pues no deja de recordarnos en su desarrollo a las obras de Bioware. Mucho tiene que ver en esto las diferentes ramificaciones que la historia irá dándonos a elegir, con nuestro protagonista influyendo en el devenir de los acontecimientos que se van sucediendo en el universo que nos ocupa.
Un universo propio
The Last Oricru nos traslada a un universo que mezcla con gusto fantasía y ciencia ficción, así pues, la magia y la espada se mezclan con tecnología futurista para dotar de identidad propia a su mundo. Nuestro protagonista, de nombre Silver, despierta sin recordar como ha terminado allí. Ya desde el inicio, y sin saber como, nos veremos envueltos en un conflicto entre las diferentes razas o facciones que pueblan este universo llamado Wardenia.
Por un lado tenemos a los Naboru, una especie de humanoides que son los que ostentan el poder en el mundo, con su poderosa Reina como líder principal de su raza. En el otro lado de la balanza están los rátidos, una raza esclavizada por los Naboru los cuales intentan rebelarse contra el poder establecido haciendo la guerra de guerrillas. Más avanzado el juego nos encontraremos con una tercera especie en discordia, que será tan importante como las otras dos para el desarrollo de los acontecimientos.
Ya desde el inicio vemos como nuestro protagonista se mofa de todo lo que está ocurriendo a su alrededor, siendo el humor uno de los aspectos característicos del título. Un humor que no siempre está bien medido, pues nuestro protagonista mete un chascarrillo en cada frase que dice, y personalmente, me ha resultado bastante cargante al abusar sobremanera de este tipo de humor.
Otra de las grandes características es que podremos jugar el título en compañía, ya sea en modo local u online, lo que aporta frescura a un género falto de este tipo de opciones. Sin lugar a dudas es la mejor opción para disfrutar el juego al cien por cien, ya que con dos jugadores las opciones varían bastante dando posibilidad a jugar de manera distinta.

Mezclando estilos de juego
La jugabilidad del título, al igual que su ambientación, bebe de distintas inspiraciones. Por un lado, como ya hemos mencionado, sigue un desarrollo parecido a Dragon Age o Mass Effect, donde nuestras decisiones importan para el desarrollo de la historia. En nuestra mano está el apoyar a una raza u otra, teniendo total libertad para elegir que hacer en cada momento, siendo esto representado por una barra que mide nuestra buena o mala relación con cada facción.
Estas relaciones pueden cambiar en cualquier momento según las decisiones que tomemos, cambiando drásticamente a veces según lo que elijamos hacer. Eso sí, a veces se ven algo forzadas, y puede que después de un encuentro con un personaje o de una escena de vídeo nuestra relación con una facción cambie sin nosotros haber tomado realmente la decisión, simplemente por el hecho de haber hablado con ese personaje en cuestión.
Por otro lado, tenemos un sistema de combate muy inspirado en la saga Souls con lo que ello conlleva. Exploración cuidadosa de escenarios, enemigos duros, acumulación de un tipo de moneda que sirve para subir de nivel o mejorar nuestro equipo en una especie de «hogueras», reaparición de enemigos cada vez que visitamos una de éstas «hogueras»….En este aspecto el juego no sorprende inspirándose en un estilo de juego que tantas veces hemos visto ya.
Eso sí, ofrece la suficiente variedad en cuanto a armas y equipo como para hacernos una «Build» al gusto, y los anillos que cambian nuestros atributos ofrecen cierta variedad a la hora de dar forma a «nuestro» Silver. Por otro lado, falta en cierto modo algo de equilibrio en las armas, pues nos hemos encontrado desde el inicio del juego algunas armas que están más «rotas» en nuestro beneficio.

Un apartado técnico que decepciona
La parte que más desentona en The Last Oricru es su apartado técnico. Teniendo en cuenta que es un título que sale exclusivamente para consolas de actual generación, se podrían esperar mejores resultados en este aspecto. En primer lugar, hay texturas en sus escenarios, ya sea en paredes u objetos que inexplicablemente pueden pasar por las de una consola de hace un par de generaciones. Eso cuando las texturas aparecen, pues por ejemplo en mi partida me he encontrado con algunos objetos que se muestran como un amasijo de píxeles grises y sin vida.
La estabilidad también nos juega malas pasadas, teniendo que sufrir unas caídas de framerate bastante acusadas en ciertos escenarios que visitamos, con algunos temblores de cámara incluidos. Hablando de la cámara, esta también nos juega alguna mala pasada. En mi caso concreto, en algunas escaleras «de caracol» repartidas por los escenarios, el personaje se ha precipitado al vacío en numerosas ocasiones por una mala posición de la cámara.
Entendemos que algunos aspectos se pueden mejorar con los pertinentes parches y actualizaciones, de hecho, ayer mismo se instaló una actualización de 11gb en mi consola. Teniendo en cuenta que es el primer título del estudio GoldKnights, y a pesar de que el título sale a precio reducido, estos errores lastran la experiencia puesto que nos encontramos casi continuamente con este tipo de problemas. Parece que el estudio checo ha sido superado de alguna manera por la propia ambición del título, viendo los resultados finales.

Conclusiones finales The Last Oricru
The Last Oricru intenta encontrar su lugar dentro de los RPG occidentales con un sistema de combate y desarrollo de personaje estilo «Soulslike«. El otro pilar sobre el que se sostiene el título es un rico universo creado para el mismo, donde el jugador tomará decisiones que afectarán totalmente al desarrollo de los acontecimientos que se desarrollan durante la partida. A pesar de una premisa atractiva, el título hace aguas en varios apartados.
Su sistema de combate no aporta ninguna novedad a los ya manidos títulos del género, quedándose en ese incómodo saco de «un soulslike» más. El apartado técnico del título es otro de esos aspectos que nos dejan mal sabor de boca, con texturas pobres y una cámara que nos jugará más de una mala pasada.
Sin embargo, el título permite el juego cooperativo local y online, y es aquí donde encontraremos que puede brillar por sí mismo. Jugar en compañía aporta nuevas formas de enfrentarnos a las situaciones y con la rejugabilidad que ofrece el título por aquello de que tomamos decisiones que influyen en los acontecimientos, es la manera más atractiva de jugarlo.
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Acerca del autor
Madrileño residente en Vallecas. Amante de los gatos, la fantasía y la ciencia ficción. Me cuesta no jugar a todo lo que se me pone delante.